- Cerraduras de alta seguridad: Instala cerraduras de calidad, como las de cilindro con protección anti-bumping, anti-ganzúa y anti-taladro. Estas cerraduras brindan una mayor resistencia contra técnicas de apertura no autorizada.
- Mirilla de seguridad: Coloca una mirilla de seguridad en la puerta para poder ver quién está al otro lado sin abrir la puerta. Opta por una mirilla con ángulo amplio de visión.
- Refuerzo del marco: Refuerza el marco de la puerta con placas de seguridad o refuerzos metálicos para evitar que sea vulnerable ante posibles intentos de intrusión.
- Barras de seguridad: Instala barras de seguridad en el interior de la puerta para agregar un nivel adicional de resistencia y dificultar su apertura forzada.
- Cerrojos adicionales: Añade cerrojos adicionales, como cerrojos de cadena o de seguridad, para fortalecer la puerta y permitir una apertura parcial controlada.
- Protección antipalanca: Instala una placa o protector antipalanca en la parte interior de la puerta, en la zona donde se encuentran las bisagras, para dificultar la manipulación de las bisagras desde el exterior.
- Instalación de una puerta blindada o acorazada: Considera reemplazar tu puerta actual por una puerta blindada o acorazada, que están diseñadas con materiales resistentes y sistemas de seguridad integrados.
- Reforzamiento del vidrio: Si tu puerta cuenta con paneles de vidrio, refuérzalos con láminas de seguridad o vidrios laminados para dificultar su rotura.
- Iluminación exterior: Asegúrate de contar con una buena iluminación exterior alrededor de la puerta para disuadir a posibles intrusos y aumentar la visibilidad en caso de actividad sospechosa.
- Sistema de alarma: Considera la instalación de un sistema de alarma conectado a una empresa de seguridad. Esto puede actuar como una medida disuasoria y alertar en caso de intento de intrusión.