- Asegurarse de que la puerta esté alineada correctamente en su marco.
- Verificar que las bisagras estén en buen estado y ajustadas.
- Instalar un burlete o junta en el perímetro de la puerta para evitar corrientes de aire.
- Asegurarse de que la cerradura funcione correctamente y lubricarla si es necesario.
- Verificar que los pestillos de seguridad estén en buen estado y se deslicen suavemente.
- Ajustar la cerradura para que encaje de forma segura en el marco.
- Instalar un cerrojo adicional para reforzar la seguridad.
- Colocar un tope de puerta para evitar golpes fuertes que puedan dañarla.
- Reemplazar o ajustar las manijas si están sueltas o dañadas.
- Asegurarse de que la puerta cierre con un clic sólido.
- Instalar un mirilla para poder ver quién llama antes de abrir.
- Mantener la pintura o acabado de la puerta en buen estado para protegerla de la intemperie.
- Colocar un sensor de puerta para alertarte si la puerta no está cerrada correctamente.
- Instalar una cadena de seguridad para abrir parcialmente la puerta.
- Verificar que la puerta esté nivelada y no se arrastre al abrir o cerrar.
- Colocar un sistema de seguridad adicional, como una alarma conectada a la puerta.
- Utilizar un cerrojo de doble cilindro para mayor seguridad desde el interior.
- Instalar una cerradura electrónica con código personalizado para un acceso controlado.
- Colocar un protector de bisagras para evitar que sean forzadas.
- Realizar un mantenimiento regular para asegurarte de que la puerta siga funcionando correctamente.